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MERZOUGA RALLY 2015: EXITO EN LO VITAL Y EN LO COMPETITIVO!!

Lección de vida

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Lección de vida, Experiencia vital, vivencia única e irrepetible. ¿Por qué? Sencillamente por todo lo vivido durante este 2015 antes de la prueba, la dureza del “durante” y sobre todo porque hemos puesto en práctica una serie de valores fundamentales de la vida. Os hablamos de nuestra experiencia en el Merzouga Rally 2015.

Trabajo en equipo, esfuerzo personal y colectivo, superación, solidaridad, respeto y finalmente la amistad prevaleciendo por encima de todo. Todo ello lo hemos vivido en primera persona y es algo que nadie nos podrá arrebatar nunca jamás en lo que resta de nuestras vidas.
Caer en la manida frase de que esto “no tiene precio” es algo ineludible aunque por desgracia sí que lo tiene y por ello queremos dar las gracias a todos aquellos que han hecho posible que estuviéramos presentes en el Merzouga Rally 2015.
Gracias pues a Xavier, Edo, Elena, Alberto, Clara, Peña, Michel, Darío, Chema, Juan, Diego, Laura, Elías, Ismail, Moha, Hackim y tantos otros que de una forma u otra han hecho posible que esta experiencia haya sido como ha sido… tan gratificante como inolvidable.
A modo de antecedentes he de recordar que tras mi participación en la edición 2014 del Merzouga Rally no había vuelto a ponerme a los mandos de un quad ni participar en carrera ninguna hasta la fecha. Además hemos de añadir un 2015 nefasto donde todas y cada una de las acciones que emprendíamos no éramos capaces de que fructificaran e incluso se nos daban la vuelta negativamente, como el hecho de que llegada la fecha no disponíamos ni siquiera de un vehículo para ir a la carrera.
Finalmente gracias a poder contar con uno de los quads de Alberto Prieto, un Yamaha Raptor con preparación Rally-Raid, y la inestimable ayuda de Peña y Michel para ponerlo a punto con el tiempo justo para la disputa de la prueba pudimos disponer de un vehículo fiable y adaptado a la carrera en la que íbamos a participar.
Sin embargo una afección intestinal estuvo a punto de dar al traste con todo ya que apenas unos días antes de partir tuve que ser hospitalizado para recibir un tratamiento de urgencia.
A pesar de todos estos “inputs” negativos y algunos más que quedarán en la intimidad, conseguimos sobreponernos y partir hacia Erfoud, la localidad marroquí que acoge año tras año la caravana del Merzouga Rally.

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Ida interminable
El plan inicial consistía en partir de mi casa en las cercanías de Olot, recoger el quad en Motos José en Logroño, seguir viaje hasta Guadalajara para recoger a mis dos grandes amigos Juan y Chema, seguir hasta Ciudad Real para unirnos a otra gran persona como es Darío “El Conseguidor” y de ahí iniciar el viaje hasta el sureste de Marruecos.
¿Total? En números redondos 2.185 km. Ahí es nada.
Si bien tuvimos ligeras variaciones debidas a que tuve que apurar hasta el último minuto para recibir la medicación prescrita, el resumen final es que tras una agotadora primera jornada conseguimos llegar a Algeciras con tiempo para dormir apenas 4 horas antes de coger el ferry que nos llevara a Tanger Med.
Una vez en el puerto y de salir en el primer ferry de la mañana tuvimos una coincidencia con las chicas de la Roses des Sables en el paso fronterizo con Marruecos. Imaginaros unir al tráfico habitual de vehículos 130 todoterrenos más. Pues eso… Más tiempo de espera y menos mal que estaban muy bien organizados y fueron bastante rápidos que sino…
Por delante nos quedaban 12 horas más de conducción hasta llegar a nuestro hogar por casi 10 días, el Camping Karla, donde realmente nos sentimos como en familia por el trato y las atenciones que nos deparan nuestros anfitriones. De hecho este año hemos lucido sus pegatinas y cada día recibíamos su apoyo para las etapas que nos tocaba superar.

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El previo
Deciros que al final los participantes y sus asistencias nos convertimos en una pequeña gran familia no es faltar a la realidad. Durante las verificaciones saludamos y nos abrazamos con algunos de los miembros de la organización y pilotos de la pasada edición como el melillense Diego Ortega, ese pequeño gran piloto, que este año nos ha vuelto a demostrar que es un hueso duro de roer. De hecho este año los protagonistas de la categoría Quad Pro éramos los mismos del 2014. Sin embargo la lucha y las vivencias fueron más intensas y duras hasta el final, pero no adelantemos acontecimientos.
Antes de nada superar las verificaciones. No os podéis imaginar todos los trámites que debes pasar hasta poder decir que está todo OK. Licencia, comprobación de datos, historial médico, GPS, Iritrack, con curso obligatorio y todo, y finalmente agua… si porque aunque no os lo creáis nos dan nuestro cupo de agua diario para poder ir sobreviviendo al intenso calor de cada día. Este año ha hecho más “fresquito” aunque la mayoría de los días hemos visto temperaturas que rozaban los 45º en las horas centrales de la jornada.
Ahora bien… menos mal que dispusimos de una tarde para poder hacer una toma de contacto con el Raptor… y con las dunas. Madre mía que mal lo pasé. Ahora lo puedo confesar. Eso de coger el tacto a la velocidad, el tacto del embrague antes de pasar las crestas, la potencia de este Yamaha… Bueno, todo en realidad, que esto no era lo mío.
Sin embargo tras un buen rato descubrí que Chema tenía razón. Esto era cuestión de tiempo y experiencia. Me encomendé a todos los Santos y ya no nos quedaba otra que ir hacia delante. Cómo nos dijeron unos aficionados españoles que pasaron a saludarnos… “Para atrás… ni para coger carrerilla”
Comienza la carrera
La prólogo era muy similar a la del pasado año y se disputaba en la dunas bajas que hay tras el hotel Xaluca. Una línea prácticamente recta de algo más de 1 km para ver el orden de salida en la primera etapa. Puro trámite que todos intentamos solventar de la mejor manera posible y que sirvió para ver que Diego tenía hambre de victoria, mientras que Eduardo y Covadonga, el matrimonio hispano-venezolano que disputará la próxima edición del Dakar, situaron sus Renegade por detrás de los dos Raptor. Todo normal.
Sin embargo en el briefing que Edo Mossi, organizador de la carrera, y el mítico Jordi Arcarons nos dieron al caer la noche se descubrió algo que ya habíamos comentado esa misma mañana. Las etapas con kilómetros que apenas superaban los 150-160 km de especial escondían una trampa, bueno más bien dos, la extrema orientación y la dureza de los territorios por los que teníamos que pasar, muchos de ellos siguiendo fuera-pista. Arcarons además nos dio otro consejo para todos aquellos que quisieron escuchar. “Aquí el que corre… se pierde”

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Etapa 1. CASTROL
A modo anecdótico deciros que se tuvo que retrasar una hora la salida real de los participantes porque coincidíamos en varios tramos con… si con quién va a ser… con las chicas de la Roses des Sables.
La etapa era fácil. Salir desde el Oued Ziz, algo más arriba del Xaluca, bajar a las dunas del Erg Chebbi, seguir hasta las del Erg Snaguy y volver a subir de nuevo hacia el hotel Tombuctou de Merzouga y acabar a medio camino entre esta localidad y la de Rissani. Mucha arena y navegación.
La verdad es que no esperaba que todo fuera tan bien ya que el comienzo fue prometedor. Conseguí llegar hasta Diego y pegarme a su estela hasta… hasta unos 50 metros del CP1. Allí sufrí la primera enganchada en las dunas y “palmé” casi 5 minutos. Hasta el CP2, que además era el punto de refueling, mantuve la distancia así que no me podía quejar. Tras un merecido descanso y un poco de hidratación volvimos a la pista y… ¿quién decía que esto era coser y cantar?
Apenas 1 km después de salir del repostaje nos encontramos casi una decena de participantes dando vueltas por las pistas. Mierda, pensé, que de tiempo perdido. Pero claro no fuimos los únicos, se ve que casi todos pasamos por lo mismo ya que a pesar de otra enganchada tras “El Paso del Scorpion” donde perdí otros buenos 5-6 minutos, conseguí llegar a meta y descubrí que no había perdido más que 14 minutos con respecto a Diego y Edu y Cova habían quedado casi a media hora por detrás de mí.
La sorpresa vino a la hora de ver las clasificaciones. Nos habían puesto 8 horas de tiempo. Cómo si no hubiéramos participado en la etapa. Tras la oportuna reclamación nos aseguraron que quedaría resuelto para más tarde, pero al ver la nueva clasificación comprobamos que aún el tiempo era incorrecto por una hora exacta. Nueva visita el PC Course y solucionado!!
Muchas gracias por la amabilidad de todas las personas allí presentes.

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Etapa 2. ITALFER
Este tramo era totalmente inédito por la Meseta de Boudnib y salvo la salida en una endiablada trialera de subida que nos puso la cosa bastante difícil a todos, el resto de los 163 km de especial supuso un gran descubrimiento por sus paisajes y dureza del terreno debido a que la mayoría era fuera de pista.
Debido a que si que fue modificada la clasificación pero no la hora de salida real en esta etapa conté con una ligera ventaja al ir controlando desde atrás a mis rivales con la ayuda de mi equipo técnico. Además en esta etapa por fin empecé a notarme cómodo con el Raptor y como la arena no era determinante pude estar rodando a buen ritmo desde el principio.
Poco tardé en alcanzar al matrimonio dakariano, sobrepasarles y seguir adelante. Por cierto, que alegría ver a mis chicos en el CP1… y en el 2 y en el 3. No os podéis imaginar la alegría y tranquilidad que me da verles allí a pie de pista. Comprobar a través de sus rostros y sus gestos que todo va bien y que los kilómetros pasan a buen ritmo camino de la meta.
Os puedo asegurar que me considero un auténtico privilegiado ya que no son más de 4 los equipos técnicos que hacen esta labor tan intensa de seguimiento de un total de 80 participantes entre motos y quads. Gracias por estar ahí.
Al final de la etapa Diego nos superó por apenas 8 minutos lo cual ampliaba su ventaja por encima de los 20 minutos. Empezaba a ser inalcanzable. Sin embargo tuvimos que esperar a las penalizaciones para comprobar que la diferencia real fue de… 8 segundos. Todo seguía abierto todavía de cara a afrontar las dos etapas maratón que marcarían la carrera por su dureza y por no poder contar con el trabajo de las asistencias entre ellas.
Ahora bien… ambos, Diego y yo, fuimos corriendo a comprar y acoplar el avisador acústico del Sentinel ya que era la falta de este dispositivo la que nos obligaba a cometer esas penalizaciones en velocidad al no saber cuando comenzaban las áreas limitadas.

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Etapa 3. MARATÓN 1
Esta etapa era muy similar a la del primer día con 153 km de especial atravesando los dos Erg y acabando en la gasolinera Afriquia de Merzouga para posteriormente afrontar los 209 km de enlace hasta el bivouac donde pasaríamos la noche. Tras sufrir un calor de justicia, pasamos los dos primeros controles de paso y llegamos a una zona bastante complicada. Allí fue Diego el que sufrió una enganchada. En cuanto llegué no dudé un momento y paré a ayudarle sin falta. Salimos prácticamente juntos y apenas un par de kilómetros más allá me tocó el turno a mí al pegarme un buen revolcón.
Esta vez nos devolvimos el favor mutuamente en apenas unos minutos. ¿Queréis que os confiese una cosa? Estaba claro que deseaba ganar a Diego como supongo que él deseaba volver a ganar la carrera. Pero llegados a este punto empezamos a vivir algo más que una carrera. Creo poder decir que fue en este momento cuando empezamos a forjar una amistad que perdurará más allá de las carreras.
Eduardo y Covadonga supieron sacar partido a sus Renegade y nos recuperaron de un plumazo más de 20 minutos a cada uno de nosotros, lo cual hizo que la clasificación general se apretara bastante de cara a la disputa de la segunda etapa maratón.
Pero para mi desgracia pude comprobar que mi road-book había dejado de funcionar. Solo tenía una alternativa para solventar lo que me quedaba de día y el siguiente. Pegarme a algún competidor y rezar para que todo fuera bien.
Si la etapa fue dura, no os quiero decir lo que supuso hacer 170 km de enlace para darnos cuenta de que habíamos vuelto a lo que era la meta al medio día. Nos habían dado un paseazo del copón, nos habíamos machacado… para nada. Solo para hacer kilómetros. Y aún nos restaban 40 más hasta llegar a las afueras de Rissani. Cabreo monumental de muchos participantes que luego se hizo patente en el campamento pero que nos sirvió de poco ya que debíamos descansar lo más posible para la siguiente jornada.

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Etapa 4. MARATÓN 2
Mirad, siguiendo con las confesiones os diré que en esta etapa si hubiera llevado una cámara encima me hubiera parado un montón de veces a sacar fotos de los paisajes por donde pasamos, así de bella era. Sin embargo para mí no fue un camino de rositas precisamente. Salimos justo al amanecer hacia la Montaña Redonda ya que la salida era en sus cercanías, 15 km de enlace, 216 de especial y otros 35 de enlace para llegar de vuelta al Hotel Xaluca.
Yo partía con mi hándicap del road-book pero que supe solventar gracias a un grupo de motards que llevaban mi ritmo y con el que conseguí hacer los primeros 90 km hasta el punto de repostaje muy cerca de Diego y justo por delante del matrimonio. Aún así en varias ocasiones pude aportar indicaciones para seguir el buen camino lo cual me demostraba que en la navegación no iba tan mal. Restaban 126 km para meta y nada hacía presagiar lo que me sucedería.
A la salida del CP2 decidí intentar seguir la estela de Diego y así fue hasta más o menos la mitad del tramo que nos restaba. Una ligera pérdida se unió a algo que ya nos pasó la pasada edición pero que me negaba a admitir. La dirección del quad se movía de un lado a otro sin control y toda la navegación se movía de tal forma que me impedía navegar normalmente. Debía parar cada vez que debía cambiar de rumbo para verificar la dirección.
Con todas estas los primeros buggys nos alcanzaron y esto hizo que aún tuviera que ir más despacio por sus interminables estelas de polvo en el camino. Aún así mantuve las distancias con Edu y Cova e incluso Edu me ayudó a salir un par de veces de un par de apuros que tuve. Vaya mi agradecimiento desde aquí. Al final una enganchada a falta de 10 km marcó mi destino en esta etapa y en la carrera. Para cuando conseguí salir de allí y llegar a la meta había perdido más tiempo con Diego y el matrimonio aún se había acercado más. Ahora estábamos todos en menos de media hora y restaba una etapa de dunas en las que esto se puede perder con una sola enganchada.

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Etapa 4. Nocturna
Si bien llegué a buena hora por la tarde he de hacer un reconocimiento a Juan y Chema y a los chicos del Garage Royal de Merzouga ya que entre todos desmontaron el Raptor y comprobaron que la avería de la dirección consistía en la rotura por seis puntos del subchasis delantero del Yamaha. Además teníamos otras pequeñas tonterías que solventar además de cambiar aceite, filtro de aire y reapriete general de todo lo importante.
Afortunadamente antes de las 11 de la noche estaba todo resuelto, soldado, cambiado y el quad hecho un pincel después de recibir un merecido lavado. Mucho mejor que yo que a estas alturas tenía el dedo gordo del gatillo hecho caldo, se notó la inactividad de todo el año, el culo totalmente insensible y mi grado de agotamiento a punto de caramelo. Aquí tiramos de esos valores que comentaba al principio y si bien la noche fue más larga de lo habitual, saber que tenía a mí alrededor a muchas personas que habían hecho posible el que yo estuviera ahí hizo que reuniera fuerzas de flaqueza y saliera a disputar la última etapa como si fuera la primera.
A título anecdótico deciros que los chicos de Melilla tuvieron una inmensa fortuna también ya que su Raptor necesitó muchos mimos para ser puesto a punto y que cuando ya dieron por finalizado el trabajo de restauración a eso de las 3 de la mañana Diego salió a probar y rompió el cable del acelerador. ¿Os imagináis que eso le hubiera pasado al día siguiente? Que injusto hubiera sido. Al final una hora más de trabajo dejó todo listo para ellos también.

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Etapa 5. GP OF THE DUNES. La definitiva
Esta etapa reúne varias características que la hacen única. La primera de ellas la salida en línea tipo Le Mans. La organización nos divide en varias tandas y vamos saliendo de 30 en 30 pilotos. A mí me tocó en la segunda con Edu y Cova. Diego pasó el corte y salió en la primera.
La segunda característica es que es todo, absolutamente todo, por las dunas del Erg Chebbi con un seguimiento exhaustivo de los Waypoint que nos obligan a realizar un determinado recorrido. Por cierto puedo presumir de haber sido el único tarado, conjuntamente con un motero, que subimos por donde específicamente nos habían dicho que era prácticamente imposible, la parte trasera de la Yasmine, y además tengo testigos de este hecho.
Bromas aparte, Diego en este medio es hoy por hoy inalcanzable. Yo salí a hacer mi carrera y tuve un par de despistes al inicio que hizo que compartiera dunas con el matrimonio hasta que conseguí coger mi ritmo y despegarme de ellos. Luego me enteré de que se habían molestado por ello y decidieron no realizar el recorrido completo. Una verdadera pena para ellos ya que bien fuera por despiste o por mala suerte yo me salté dos waypoint y me cayeron sendas horas de penalización. ¿Conclusión? Si hubieran hecho su carrera con casi total seguridad me habrían superado en la clasificación final. Sin embargo no fue así y volvimos a repetir el mismo pódium de la edición 2014 con Diego en lo más alto, yo segundo y Edu tercero.
Ah… ¿Queréis saber cuál es la tercera y definitiva característica de esta etapa? Pues que es la última. No os podéis imaginar la cantidad de sensaciones que se te vienen encima nada más pasar la meta. Ya me pasó el año pasado pero este… este ha sido diferente. El 2015 ha sido un año muy malo para mí a nivel general y poder estar aquí, hacer la carrera, terminarla y encima obtener una luchada segunda plaza fue demasiado para mí y rompí a llorar durante una buena cantidad de minutos.
Luego vinieron los abrazos, las risas, las felicitaciones y las miradas de complicidad. Luego me vino a la mente un repaso de todas y cada una de las personas que han estado ahí conmigo incluyendo a José María Servia y Fina Román a los que quiero mencionar por su especial trato y afecto demostrado a lo largo de todos los días de carrera… sin tener porqué hacerlo.
Luego se agolparon en mi boca, aunque no acertaran a salir, un montón de palabras de agradecimiento que los que ellos ya saben recibieron con la mirada y un abrazo de un AMIGO, porque esto ya no va de carreras, esto ha sido, es y será una LECCIÓN DE VIDA que nadie ni nada nos podrá borrar de nuestra mente. Sencillamente, GRACIAS.

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